The Lion King, 1994 vs. 2019: un análisis comparativo
Saquémoslo del camino de una vez: el remake de The Lion King del 2019 no es una mejor película que la original de 1994. Sería tonto incluso intentar compararlas bajo sus propios méritos o ‘pound by pound’, pues casi todo lo que es bueno del remake salió de la película original.
Esto no se trata de decidir, al final, cuál de las dos versiones es superior (la original); esto se trata de, desglosando pieza por pieza, descubrir—en cuanto a los cambios realizados—cómo se compara el remake a la versión original, para muchos una de las mejores películas animadas de todos los tiempos.
Muchos de ustedes saben que The Lion King (1994) es mi película favorita, así que fue una genuina sorpresa cuando, al ver el remake hace poco, no me sentí tan ofendido como pensé, ¡e incluso descubrí ciertos elementos y cambios que habrían hecho de la original una mejor película!
Con eso fuera de la conversación, dividamos las películas en sus elementos más importantes para ver cómo se comparan.
1. La animación
Paradójicamente, este es uno de los aspectos más fáciles y más difíciles de comparar, pues es el único en el que el remake sí se separa casi completamente del original y cada uno está haciendo algo diferente. Pero, ¿cuál tiene mejor animación?
No sé si exista una forma objetiva de aproximar esta particular pregunta; ambas versiones tienen su fortaleza y ambas maneras de animar, el 2D y el 3D, cuentan con sus retos y ventajas. Por un lado, la versión en 2D tiene un carisma y personalidad mucho mayor que los animales fotorealistas no podrían tener; en cambio, la animación 3D del remake tiene un nivel de detalle absurdo que no podríamos ver en 2D.
Aunque yo personalmente prefiero la animación 2D de la cinta original (y usaré esta oportunidad para presumir que tengo un sketch original de Aaron Blaise enmarcado en mi casa), el veredicto aquí será un empate.
2. La trama
No existe mucha diferencia entre ambas versiones, pues naturalmente ambas siguen la misma línea narrativa con pocas diferencias. Uno de los errores más claros en la trama de la película original (el hecho de que Rafiki y Nala se encuentran con Simba al mismo tiempo por medios diferentes) está presente en ambas.
Y aunque aprecio mucho algunas de las escenas adicionales del remake, como el escape de Nala de Pride Rock, creo que la original ganaría en este aspecto; su menor duración y eficiencia con los beats narrativos la hacen una historia, en general, mejor contada—pero debo decir que estuvo cerca. Sí disfruté las escenas nuevas (sin incluir el relleno estilo National Geographic).
3. Los personajes
Aquí es en el que no tengo la menor duda que debo darle su primer punto al remake. En parte gracias a las escenas adicionales y a ciertos detalles muy cuidados, el elenco de personajes que se presenta en el remake es más tridimensional. Hablo de detalles como Simba llamando “Dad” a Mufasa durante la visión, del papel protagónico que tiene Shenzi dentro de su manada, de la manera en la que volvieron mucho más determinada a Nala e incluso a Sarabi. Nala en particular, creo, es un personaje mucho más fuerte en el remake. Timón, sin duda, es superior en el remake.
Y bueno, hablando puramente en términos de guion, la nueva versión de Scar es más dimensional que la versión original. Es un personaje más complejo, más vil, más intimidante y en general un villano más fuerte que su versión original, la cual se defiende gracias a un diseño superior y la inigualable voz de Jeremy Irons.
4. La música
El soundtrack de The Lion King original es uno de los mejores jamás compuestos para el cine—sino es que el mejor (lo siento, fans de Star Wars), y es probablemente el elemento que el remake más podía aprovechar. Creo que escuchar esta música de nuevo en el cine fue una de las razones por las que disfruté la experiencia. Entonces no sería justo tampoco comparar este aspecto . . .
. . . pero hagámoslo de todas formas, ya que el remake sí cuenta con música nueva, particularmente una canción de Beyonce llamada “Spirit”.
Y considerando esto, el punto va de todas formas a la original. Aunque “Spirit” no es una mala canción en ninguna capacidad, sinceramente no parece ser parte del mismo soundtrack, el cual se habría beneficiado de algo más propio. Fue una desilusión no haber tenido una canción épica para acompañar la película. Algo así como el “I See You” de AVATAR.
5. La actuación
Aquí se complica. Enfocándonos en las actuaciones originales y no en el excelente doblaje latino de ambas versiones, ambas películas tienen puntos muy, muy fuertes en términos de actuación, y realmente depende de cada uno de los personajes—e incluso allí todavía sería difícil saber.
Creo que Donald Glover hace un mejor trabajo que Matthew Broderick como Simba. Creo que Moira Kelly hace un mejor trabajo que Beyonce como Nala. Sinceramente no sé quién hizo un mejor trabajo, si Rowan Atkinson o John Oliver como Zazu. Sinceramente no sé quién hizo un mejor trabajo, si Jeremy Irons o Chiwetel Ejiofor como Scar.
Es difícil, así que daré un punto a ambos, marcando un empate.
6. El impacto emocional
No cabe la menor duda: la original es y seguirá siendo una de las películas animadas más potentes emocionalmente hablando, y por muchísimas razones, este remake no se le aproxima—este, yo creo, es uno de los aspectos más importantes de la película, y es una pena que el remake no pueda siquiera medirse.
Hablé ya aquí de cómo el remake busca apelar a nuestro amor por los animales y no una empatía tradicional para crear emoción, lo cual es una decisión respetable, pero sí resta muchísimo impacto. Además de ello, en momentos clave, el remake comete monstruosos errores técnicos que tienen un gran costo. Particularmente la escena final, cuando Simba finalmente toma su lugar como rey—una escena que tiene una reacción estética que me hace chillar sin importar cuántas veces la vea—fue masacrada en el remake gracias a la pésima edición. El momento más triunfal en la historia del cine se perdió por completo.
Por esto y mucho más, nada se compara a la original.
7. La temática
Este es otro aspecto donde no existe comparación alguna. Mi problema más grande con el remake fue que incluso me hizo dudar si entendía la misma historia que estaba contando.
El corazón temático de The Lion King es la escena justo después de la visión de Simba, cuando Rafiki explica el conflicto central y la lección que debe aprenderse. Quizás podrás decir que no es muy sutil, y no tiene que serlo; es una escena hermosa y brillantemente bien escrita que amarra todos los complejos aspectos narrativos y temáticos de The Lion King.
El remake decidió quitarla. No entiendo por qué. Quizás nunca lo haga. Qué tristeza. En lugar de expandir y explorar la temática Shakespereana, se decidió evitarla casi por completo. La original gana, y por mucho.
8. El humor
Puedo decir con mucha confianza que este aspecto se lo lleva el remake. Al puro estilo del Disney moderno, y como puede apreciarse en las nuevas películas de Marvel o Star Wars, The Lion King usa el sentido del humor para acentuar personajes, lo usa inteligentemente, lo basa en diálogo muy bien dirigido (y no en slapstick), subversiones de expectativas, y más que nada lo usa con muchísima confianza.
La película original contaba con referencias creativas (¿cuántas personas esperaban que captaran esa referencia a Reversal of Fortune o They Call me Mr. Tibbs?) y algunos momentos de levedad, pero difícilmente podría ser considerada una película chistosa. El remake sí.
Puedo garantizar que solté una carcajada con la entrada de Nala al final de “The Lion Sleeps Tonight”, o “Every time I farted” durante “Hakuna Matata”. ¡Eso es subversión!
9. El world-building
Estoy agregando este apartado nada más porque quería enmarcar con claridad que uno de los puntos más fuertes del remake, uno con el que la original no se preocupó mucho, es el llamado world-building, o la manera en la que la película nos cuenta su mundo.
El remake hace un trabajo excepcional para establecer un poco mejor la manera en la que funcionan las Pride Lands, la política dentro de ellas, la función de cada especie, etc. Me parece algo genial cómo logran hacer de las hienas una entidad coherente, con una líder a través de quien existen negociaciones. Me encanta cómo la filosofía del reino de Mufasa es mucho más clara. Se nota que al escribir el remake, buscaron darle un poco más de valor a este aspecto que muchas películas animadas (te estoy viendo, Pixar) ignoran por completo.
Conclusión
Al final llegamos a la misma conclusión: la original es una mejor película, y no únicamente debido a que es el gigante en cuyos hombros el remake se para. Habiendo dicho eso, sí me parece interesante que tanto de lo que se agregó a la original funcionó muy bien en favor de la historia en general. Puedo decir que si pudiese existir una versión que juntara todos los mejores elementos de ambas versiones, sería indestructible.
Ustedes, ¿qué opinan?