Cómic de la Semana Heartbeat
Marvel, DC, Image y el resto de las editoriales gringas publican los cómics nuevos cada miércoles. Es el momento ideal para encontrar sorpresas inesperadas o gustos conocidos. Cada semana hacemos una selección de ambas categorías para encontrar un lanzamiento que por su calidad, significancia o relevancia destaque como el cómic de la semana.
Esta semana, el cómic destacado viene de la editorial independiente Boom! Studios. Se trata de Heartbeat de Maria Llovet.
Sinopsis:
Eva estudia en una escuela privada llena de estudiantes pretenciosos y crueles. Ella sabe que no pertenece, sin embargo no tiene poder de decisión al respecto. Un dia, Eva descubre que el estudiante que le gusta es un asesino.
¿Por qué es el cómic de la semana?
Heartbeat se lee mucho como un monólogo interior no dirigido. En buena medida lo es, pues todo está narrado por Eva usando los cartuchos de narración que los cómics de superhéroes han dejado de lado, después de décadas de abusar de ellos. En una primer lectura no es evidente seguir la narrativa, pero ese no es el punto. El stream of consciousness nos mete en el mundo de Eva y revela poco a poco, de forma orgánica, los sentimientos que la abruma.
Eso es lo que hace a Heartbeat interesante. No se trata tanto de lo que pasa como de que se siente lo que está pasando. La soledad, inclusive desolación, de Eva pesan en cada línea de texto y en cada imagen. La sinergia que consigue Llovet entre el texto y el arte es increíble, y es precisamente lo que hace de este un gran cómic.
Esta historia en particular ya había sido publicada en Europa, por Norma en Espana, BD en Italia y Ankama en Francia, pero como sucede muchas veces, no es hasta que llega con el paquete del resto de cómics americanos que aparece en el radar.
Una historia que se dibuja
Una queja recurrente a los cómics en el mainstream es que no pasa nada porque las historias buscan construir largos arcos que abarcan varios números, y en el peor de los casos varios titulos. Para los cómics independientes la queja es la misma, pero porque se tornan demasiado contemplativos.
En el caso de Heartbeat pasa en realidad muy poco. Son las últimas páginas lass que revelan un evento como tal. Pero lo contemplativo del resto del número es bien recibido. La inmersión progresiva, pausada, al mundo de Eva hace que los momentos fuertes sean realmente fuertes.
En ese sentido, Llovet demuestra ser no solo una ilustradora con una visión interesante, sino también una gran narradora. La entrada paulatina en la vida de Eva es un poco confusa al inicio, pero es tan sutil y delicada, contrastante con imágenes y frases de gran impacto, que se vuelve imposible no estar amarrados.
La intensidad se va construyendo también poco a poco. Empezando por la madre de Eva y sus botes de Prozac y Temazepam, va subiendo de intensidad, enfatizando el aislamiento de Eva y eventualmente su dolor físico.
Cuando Eva comienza a fantasear con su propia muerte y lo manifiesta usando maquillaje para simular sangre, la impresión es fuerte. Un par de páginas después la gran revelación del homicidio es impactante pero no se siente gratuita. Tiene sentido en este mundo al que Eva nos ha metido. Y la viñeta final conjunta ambos mundos, el de la introspección triste y el del thriller, perfectamente.
Un estilo de moda
El arte de Llovet es armonioso y fuerte. Consigue sin mucho artificio ser muy expresivo. El uso de colores planos, formas sinuosas pero sencillas y, en Heartbeat en particular, una paleta más bien apagada, lo acerca mucho del dibujo de moda.
Las ilustraciones de moda son otro interés de Llovet y es muy evidente. En ese sentido recuerda mucho al arte de Adrian Alphona, quien saltó a la fama con los Runaways de Marvel.
Probablemente por la naturaleza de los títulos, Runaways es casi radicalmente opuesto a Heartbeat temáticamente, el arte de Llovet es mucho más seco, tiene hasta cierto punto una violencia en sí mismo. No solamente en la escena de asesinato, que es bastante brutal, sino en todas las viñetas. Una vez, conjuntando perfectamente con el guión.
Un poco emo
Los pensamientos de Eva son, ciertamente, los de una adolescente ansiosa y aislada. No son precisamente ideas muy originales o revolucionarias. Pero están construidas de tal forma que logran su objetivo de impacto, aún a un nivel emocional muy primario.
El mérito del guión está, claramente, en cómo atrapa al lector poco a poco. A diferencia de lo que sucede muchas veces, en este cómic el peso narrativo está sobre todo en el arte y no en el texto. El texto es decorativo. Ayuda a dar contexto a las imágenes y a establecer un sentimiento general. Es una muy grata sorpresa descubrir autores que entienden el poder del cómic en ese sentido, en la conjunción de palabras e imágenes.
Los textos son quizá poco sutiles en este esfuerzo de cumplir su función como anclas emocionales. Algunos de ellos quizá rayan en lo ridículo por sí solos. Ya dentro del contexto de la página ilustrada, esa obviedad se puede perdonar.
Un poco de juego
En contraste con el sentimiento de los textos y del arte en general, las onomatopeyas en Heartbeat son ligeras y hasta juguetonas.
Un recurso nativo de los cómics, las onomatopeyas suelen ser ignoradas, pero cuando se utilizan como recurso narrativo tanto lingüística como formalmente, pueden dar grandes resultados. Ese es el caso sin duda en este cómic.
Son un descanso a la tensión de toda la historia e inyectan un poco de humor en una historia que de otro modo sería toda para abajo. Habrá que ver los siguientes números para confirmar si ese humor tiene lugar en esta historia o el muy buen recurso queda fuera de lugar.
Heartbeat #1 es más que una promesa de una buena mini serie, es un excelente ejemplo de un cómic bien contado con una mano maestra al volante.