Cómic de la semana: Suicide Squad
Cada miércoles es día de nuevos cómics de las grandes editoriales para Marvel, DC, Image y demás. De entre todos los cómics elegimos uno que por su calidad, relevancia o significado es particularmente importante y te lo presentamos como el cómic de la semana.
Llegando al cierre del 2019 esta semana arroja muchos números interesantes. Dawn of X oficialmente toma ritmo con el número cuatro de Marauders, New Mutants y X-Force. Pero esta semana es para DC. Tom King termina su espectacular recorrido con Batman 85. La única razón por la que no es el cómic de la semana es porque un arco tan impresionante merece mucha más atención (coming soon). El honor semanal va para Tom Taylor y su nueva aproximación al querido Suicide Squad.
Sinopsis:
Bajo el control del misterioso Lok, una patética encarnación del Suicide Squad se lanza a Australia para detener al grupo rebelde Revolutionaries. La misión, obviamente, resulta en muchas muertes y, obviamente, no es lo que el Suicide Squad pensaba.
¿Por qué es el cómic de la semana?
Pocos autores y pocos títulos aún pueden generar hype y emoción meses antes de su salida, y aún menos de esos autores no fueron parte de la locura que fueron los cómics de los noventas. Tom Taylor es uno de esos autores. Después de su trabajo en Injustice 2, X-Men:Red y otros clásicos modernos, Taylor es un autor que logra generar intriga alrededor de los títulos que toca. Esto sumado a la emoción que provoca Suicide Squad, sobre todo por la próxima adaptación cinematográfica de James Gunn, hacen que todo el fandom de cómics estuviera esperando esta nueva versión del equipo más divertido de DC.
Este primer número tiene, como siempre, la difícil tarea de establecer las nuevas reglas y en ese sentido hace un gran trabajo, quizá sobre todo porque las nuevas reglas son las viejas. Ya en el detalle, el tono no queda tan bien definido y tiene un par de pasos en falso, pero sin duda consigue lo que promete: ser divertido.
Lo básico
Es de conocimiento universal que cada cierto tiempo un concepto necesita regresar a las bases de lo que lo hacen funcionar. Claramente esta es la misión de Tom Taylor con Suicide Squad #1. Suicide Squad es interesante no solamente porque un grupo de villanos hace cosas heroicas. Lo que hace interesante al equipo es que no quieren estar ahi, estan completamente solos y menospreciados y no pueden confiar unos en otros.
Después de varias iteraciones del equipo pero con ciertos personajes clave, varios de estos elementos se fueron degradando. Por más que Deadshot odie a Amanda Waller, han completado cientos de misiones juntos. Por más que Harley Quinn sea una psicópata, todos saben que en el momento crítico hará lo correcto.
Con un par de movimientos clave, Taylor consigue regresar a lo básico. Primero, Amanda Waller está fuera de la jugada y es reemplazada por el misterioso y cruel Lok. Con la presencia de Lok la crueldad regresa al mando y la desconfianza aumenta.
Después de eso, aparecen los Revolutionaries. Lo bonito de hacer de esos personajes parte del Suicide Squad es que tienen motivaciones completamente diferentes a los de los malosos habituales, aumentando la discordia entre ellos y asegurándose que nadie quiera estar ahí.
Además, los Revolutionaries se unen al equipo no solo por la manipulación del gobierno sino por las acciones del resto del equipo que resulta en la muerte de varios de sus miembros. Con eso, la antipatía dentro del equipo estará al máximo.
Después de varias iteraciones, la fórmula puede volver a funcionar si los elementos básicos están presentes.
Muertes y muertes
Por supuesto el otro componente necesario en el Suicide Squad es la posibilidad de que en cualquier momento algo salga mal y alguien muera. Es tan importante que está en la portada de este número.
Tradicionalmente, cada Suicide Squad incluye a personajes irrelevantes diseñados exclusivamente para morir estableciendo la lógica del equipo. En este numero, hay carne de cañon tanto del lado del Suicide Squad y de los Revolutionaries.
Los personajes están claramente dentro de una de tres categorías. Deadshot, Shark, Harley y Osita están aquí para quedarse. Magpie y Cavalier para ser asesinados brutalmente. El resto de los Revolutionaries son a los que cualquier cosa les puede pasar. Algunos de ellos morirán de formas ridículas o divertidas después de un par de números y otros tantos después, otro acierto de incluir a los Revolutionaries es que son tantos que muchos pueden morir sin mayor impacto.
Las muertes en este número uno son bastante espectaculares y hacen una buena promesa para lo que seguiría en la serie, salvo por la patética muerte de Scale que con una decisión diferente de Bruno Redondo hubiera podido ser igualmente divertida.
Suicide art
Bruno Redondo tiene un estilo que parecería el correcto para un título como este, basado completamente en acción y diversión. En este número en general consigue algunos buenos momentos, pero no necesariamente eleva el guión de Taylor.
Aunque Redondo tiene más de 12 años dibujando cómics, 9 de ellos con DC, aún no se siente un control narrativo y los paneles interesantes son resueltos de formas bastante predecibles.
Para algunos otros paneles, las soluciones son torpes y un poco aburridas, como tener en primer plano una acción muy específica que en realidad no tiene ninguna consecuencia.
Donde quizá Redondo destaca más en dar expresividad a los personajes de acuerdo al momento. Aquí sí logra paneles comunicativos y da vida real a los personajes.
Habrá que ver si los guiones de Taylor están basados en grandes momentos de acción o en trabajo de personaje. Taylor puede hacer ambas, el camino que tome determinará si la dupla con Redondo eleva esta versión del Suicide Squad, o no.