Cómic de la Semana: Wonder Woman
Los miércoles son días de cómics nuevos cada semana. Entre todos los cómics que Marvel, DC y las demás editoriales lanzan, buscamos uno particularmente importante por su calidad, relevancia o significado y te lo presentamos como el cómic de la semana.
Continuando las celebraciones de sus más grandes personajes, DC lanzó esta semana Wonder Woman 750, cerrando el ciclo de grandes números de la Trinidad.
Sinopsis:
En 9 historias, Diana Prince cierra un ciclo, inicia uno nuevo y demuestra porque es la más grande heroína en el mundo de los cómics, quizá de toda la ficción. Para iniciar, se termina el conflicto de Year of the Villain cuando Wonder Woman derrota a Cheetah y recupera su posición como campeona de Themyscira pero decide continuar su misión sin la supervisión de Hera. Para cerrar el número, viajamos a 1939 cuando los Estados Unidos deciden entrar a la Segunda Guerra Mundial. Re estableciendo la historia del Universo DC con Wonder Woman como la inspiración para la Justice Society y todos los héroes que seguirán.
¿Por qué es el cómic de la semana?
750 números de Wonder Woman no son poca cosa.
La pregunta eterna en el mundo de los cómics seguirá siendo: quien es mejor, Marvel o DC? Es una pregunta inútil, pero aunque es imposible responder, pensar en ella ayuda a aclarar algunas ideas. A pesar de los esfuerzos logrados por Kevin Feige con el MCU, es todavía difícil negar que los personajes de cómic más icónicos son los tres grandes de DC (más icónicos, no mejores). Superman, Batman y Wonder Woman son reconocidos en todo el mundo, prácticamente en todo contexto. Si alguien pudiera hacer un caso en favor de Spider-Man o Captain America, definitivamente no hay ninguna súper heroína con la importancia de Wonder Woman, ni de cerca.
750 números de Wonder Woman son todavía menos poca cosa considerando eso. Wonder Woman aparece en 1941, como Batman, está cerca de cumplir 80 años. Durante ese tiempo ha conseguido mantenerse como la figura femenina más poderosa en los cómics y parte de la llamada Trinidad, los tres héroes más importantes de DC dentro y fuera de la ficción.
Como sucedió con Action cómics #1000 y Detective cómics #1000, en Wonder Woman #750 varios creadores y artistas cuentan historias que continúan la historia del personaje, pero sobre todo exploran su mitología y su identidad.
Esa exploración por parte de diferentes voces deja un poco en evidencia que Wonder Woman no tiene el sello distintivo de sus contrapartes en la trinidad, o la complejidad de los personajes más modernos, eso a pesar de que este número tiene a dos de los escritores de cómics más influyentes de la década. También deja en absoluta evidencia la riqueza de los cómics como medio y el talento de los artistas que los crean.
Un personaje sin tantas dimensiones
Action cómics #1000 hizo algo para Superman que muchos autores quisieran lograr en cada historia que escriben, mucho más en números hito: dejó en claro la esencia del personaje. Superman es virtud. Superman es lo mejor a lo que podemos aspirar. No solo es bueno, sin ninguna ambigüedad sino que nos inspira a serlo. Ese es su más grande poder.
Batman también tiene una clara definición. Aunque tiene reglas y un código moral incorruptible, Batman está dispuesto a hacer lo que sea dentro de las reglas que ha definido para conseguir su objetivo. Batman es inamovible, para él no hay lugar para sentimientos, solo hay lugar para la misión.
Wonder Woman #750 claramente intenta, en sus nueve historias, mostrar esa definición clara de Wonder Woman. Y la conclusión es que no existe tal definición. Hay rasgos en común que vemos, pero aplican a casi cualquier héroe. Se sienten inclusive como una versión rebajada de ese ideal que es Superman. Rebajada porque no consiguen trascender un par de situaciones precisas.
En la increíble Kingdom Come (Waid, Ross, 1996), la distinción entre Wonder Woman y las otras dos caras de la trinidad era obvia: Diana es una guerrera y llevará la guerra hasta las últimas consecuencias. Ni Batman ni Superman están dispuestos a ello. En las nueve historias de este número, vemos a Wonder Woman vemos a una luchadora, pero no a esa mujer de guerra. Solamente Vita Alaya y Amancay Nahuelpan en su historia “Always” muestran una ferocidad difícil de contener; pero en realidad el lado de Diana que quieren destacar termina siendo otro.
Quizá la cualidad que más aparece es su capacidad para inspirar. Marguerite Bennett y Laura Braga cuentan una historia en la que Wonder Woman apenas aparece, pero su influencia lo es todo. Gail Simone y Colleen Doran toman el mismo ángulo y de forma más sutil, Scott Snyder y Bryan Hitch también lo usan. En The Interrogation de Mariko Tamaki y Elena Casagrande, Wonder Woman es astuta, en Emergency Visit de Shannon Hale, Dean Hale y Riley Rossmo, es ruda/sensible… La falta de una singularidad de valores delata, más bien, que no hay una definición clara de quién es Wonder Woman.
Hay tres historias que revelan eso con mayor peso, cayendo en el error opuesto: contando la misma historia.
Dos villanas que son una
The Wild Hunt de Steve Orlando y Jesús Merino cierra el arco de Wonder Woman en Year of the Villian. Diana confronta a Cheetah y a Hera a la vez y usando el lasso de la verdad recupera su posición como campeona. Wonder Woman tiene la oportunidad de acabar con Cheetah de una buena vez, pero evidentemente no lo hace. Porque para Wonder Woman, Cheetah siempre sera Barbara Ann Minerva, y aunque todo lo empuje a lo contrario, nunca la abandonara.
En Never Change de Greg Rucka y Nicola Scott, Wonder Woman consigue que Circe haga algo imposible por ella, a cambio del lasso de la verdad. Lo que pidió Wonder Woman es que Circe transforma a Cheetah de regreso a su forma humana. Está dispuesta a sacrificar el lasso y a pedirle un favor a una de sus más grandes enemigas por salvar a quien fue su amiga. Cheetah sabotea el hechizo y permanece en su forma maligna, pero Wonder Woman está dispuesta a volverlo a intentar, cuantas veces sean necesarias. Porque para Wonder Woman, Cheetah siempre sera Barbara Ann Minerva, y aunque todo lo empuje a lo contrario, nunca la abandonara.
Always de Alaya y Nahuelpan inicia retratando a Diana guerrera, pero en realidad se enfoca en Vanessa Kapatelis, quien en un momento de debilidad tomó la persona de Silver Swan y se convirtió en una supervillana decidida a destruir a Wonder Woman por un percibido abandono. Para el cierre de la historia, Vanessa esta en rehabilitación, esperando la llegada de su amiga Diana. Y Diana llega, porque para Wonder Woman, Silver Swan siempre será Vanessa Kapatelis, y aunque todo lo empuje a lo contrario, nunca la abandonara.
Que la personalidad de Wonder Woman pueda expresarse solamente en, literalmente, la misma historia, quiere decir que no está definida. Ya sea por dispersión o por repetición, sin quererlo este número especial deja en claro que quién es Wonder Woman no está del todo claro.
Arte excepcional
Si bien los guionistas no consiguen del todo dibujar una imagen bien definida de Wonder Woman, los artistas están lejos de tener ese problema.
De las nueve historias presentadas, al menos seis tienen arte impresionante que se vuelve aún más disfrutable por lo diferente que es. Con estilos radicalmente distintos, el roster de ilustradores en Wonder Woman ejemplifica muy bien la riqueza del medio. Eso sin contar los pinups que acompañan las historias. Es un testamento al talento de estos artistas que no son las páginas de Bryan Hitch las más memorables, o que al terminar el número no nos quedamos con el sentimiento de que faltó Terry Dodson.
Jesús Merino tiene a su cargo la historia principal, y en su estilo clásico tiene momentos muy desafortunados. Un par de caras descuadradas, movimientos tiesos y paneles aburridos le restan brillo a la historia. Por otro lado tiene dos páginas que reflejan todo el esplendor del personaje y casi logran compensar los fallos.
Elena Casagrande, por otro lado, tiene ocho páginas llenas de intensidad con una línea limpia, definida y fuerte. Aunque la acción no tiene momentos enormes, los personajes están vivos y Diana es, gracias también al guión de Tamaki, toda una guerrera.
Nahuelpan es quien explota ese lado de Wonder Woman al máximo. Las páginas de acción en Always son de lo mejor, no solamente en este número, sino para Wonder Woman en general. La acción salta de la página y las expresiones de los personajes son rabia pura.
Esa rabia tiene buena competencia en la Cheetah de Nicola Scott. Scott es responsable del mejor spread del número, pero también de los personajes más humanos con rangos de expresiones reales que atrapan al lector.
Riley Rossmo tiene un estilo completamente diferente, mucho más caricatural, pero consigue igualmente momentos de gran intensidad. Su arte funciona a la perfección con el guión de Shannon y Dean Hale, mucho más ligero que todos los demás en el número. El resultado son páginas puramente divertidas.
Laura Braga finalmente no consigue la mejor narrativa, quizás también en parte por un guión pesado de Marguerite Bennett, pero tiene ilustraciones fantásticas que funcionan como pinups en sí mismas.
Wonder Woman #750 no deja la mejor impresión del personaje en cuanto a sus motivaciones o personalidad se refiere. Una esencia única y clara no es lo que nos deja este número histórico. Lo que si deja son muchas páginas de arte excepcional y suficientes motivos para mantener a Wonder Woman como el icono en el mundo de superhéroes que ha sido desde hace casi 80 años.