Cómic de la semana: X-Men
Miércoles de cómics nuevos significan la emoción de leer nuevas historias y descubrir números que se destacan ya sea por su calidad, su importancia o su impacto.
Aunque esta semana tuvo fuertes candidatos, es difícil ignorar el momento que ha tomado la atención de la industria: la serie de X-Men de Hickman hace su inicio oficial y con ella comienza un nuevo canon para la familia X.
Sinopsis:
El equipo de Los X-Men, formado por Cyclops, Storm, Polaris y Magneto, atacan una de las últimas bases de Orchis en la Tierra. Tras el ataque, el equipo regresa a Krakoa donde Magneto es recibido como un héroe, Storm la hace de enfermera y Cyclops es parte de una cena familiar (a la que Polaris prefiere no asistir).
¿Por qué es el cómic de la semana?
El primer número del nuevo rumbo de los X-Men, House of X, nos dejó con algunas dudas. Al final, la historia doble de House of X y Powers of X fue impresionante. Pero ese fue solamente el prólogo; X-Men 1 es el primer número de la historia regular y deja claro que esta nueva era de los X-Men será diferente a lo que conocemos.
Hickman sabe construir historias complejas e hilar ideas a través de arcos larguísimos, entonces es posible que no sepamos hacia dónde van los X-Men hasta dentro de, literalmente, años. Eso hace de este número más que un lugar de respuestas: aunque el universo de la familia X está más o menos claro, el futuro de estos X-Men no lo está aún.
Ahora que House of X y Powers of X han terminado, las próximas semanas verán una serie de títulos nuevos aparecer. Con nombres clásicos como Excalibur (Tini Howard y Marcus To) o X-Force (Benjamin Percy y Joshua Cassasra), títulos interesantes como Marauders (Gerry Duggan y Matteo Lolli) y títulos ridículos como Fallen Angels (Bryan Edward Hill y Szymon Kudranski). En X-Men, y quizá en New Mutants, es donde Hickman podrá desarrollar su visión por completo.
El problema del reboot-o-no-reboot
Los grandes maestros de los reboots siempre han sido los altos mandos de DC cómics. De crisis en crisis ese universo se ha reiniciado más veces de las que vale la pena enumerar. Marvel siempre ha intentando que sus reboots no sean tan severos. Es decir, el universo -o el arco narrativo- nunca vuelve a iniciar de cero, pero los cambios radicales de dirección en sus títulos pueden ignorar algunas de las decisiones previas.
A veces es sutil, pero muchas veces puede resultar dramático y perturbador. El mejor ejemplo sigue siendo One More Day de Spider-Man (Straczynski y Quesada, 2008).
El equipo editorial de Marvel ha comparado este cambio de dirección para los X-Men a la corrida de Grant Morrison, bajo el nombre de New X-Men, del 2001. Por un lado, resulta un poco triste que el último momento realmente emocionante para los mutantes haya sido hace 18 años. Por otro, la comparación no es del todo válida. Aunque Morrison impuso una narrativa diferente e hizo cosas literalmente nunca antes vistas con los personajes, su punto de partida siguió de forma muy fluida la que vino antes.
Los cambios radicales de esa corrida se percibieron de inmediato por el cambio de nombre y los diseños de Frank Quitely, no porque la historia de los X-Men hayan cambiado. Eso no le resta mérito -la época de Morrison en X-Men sigue siendo de las más memorables e interesantes e inclusive de las más divertidas- aun considerando grandes sagas como Onslaught, una de las mejores historias de los X-Men.
La visión de Hickman
La interpretación de Hickman es radicalmente diferente a la de Morrison en ese sentido. Hickman necesito de 12 números para establecer las reglas de su nuevo mundo. Fue espectacular, pero es un cambio bastante radical. Interesantemente, ese cambio en algunas de las premisas básicas del mundo de los X-Men de alguna manera no interviene con desarrollos relativamente recientes.
Xavier ya no tiene un sueño de convivencia pacífica entre humanos y mutantes. Aunque la manera en que Hickman llegó a ese resultado en su prólogo es brillante, el cambio no es menor. Es un cambio que sacude por completo los fundamentos de los X-Men. Al mismo tiempo, Xavier puede caminar, es decir que la transferencia de su conciencia al cuerpo de Fantomex que sucedió hace relativamente poco sigue siendo parte de la historia.
Cable es un adolescente, es decir que los sucesos de hace tan solo unos meses siguen siendo válidos. Se vuelve confuso como el punto de inicio de Hickman es una radicala re-escritura de las premisas básicas, pero se conservan cambios recientes.
La familia X
X-Men 1 inicia con una secuencia de acción donde intervienen Cyclops, Storm, Polaris y Magneto. Pero lo que hace memorable a este cómic está en la cena familiar Summers, la más grande y más complicada familia de mutantes.
En este mundo, gracias a los poderes prácticamente mágicos de Krakoa, es posible crear conexiones entre la isla mutante y cualquier lugar. Cyclops decidió entonces que su familia viviría en la Luna. Durante la cena en este número, los X-Men están acompañados de los Starjammers, el equipo de piratas espaciales de Corsair, el padre de Cyclops.
Si la portada del número es una indicación, toda la familia Summers es la que conforma esta iteración del equipo. En este caso, Cyclops, Jean Grey, Rachel, Corsair, Cable (en su versión nino), Havok y VUlcan (habiendo olvidado sus pretensiones de emperador Shi’ar, al parecer). Y Wolverine, evidentemente Wolverine es parte del equipo.
La cena familiar es una excusa para establecer las dinámicas, por ejemplo que Jean se refiere a Cable como “dear” y que el pasado entre Polaris y Havok aún es factor.
Lo que resulta más intrigante es la actitud de Cyclops. Desde House of X está en el aire esta sensación de que algo no está bien en el nuevo mundo de los X-Men. Las revelaciones de las múltiples vidas de Moira McTaggert y el mecanismo de resurrección de mutantes probablemente sean la clave, sobre todo vista la actitud que terminan teniendo Magneto y Xavier. Donde más se manifiesta esta sensación de que algo no está bien es en Cyclops.
Aunque Cyclops siempre ha sido un fiel seguidor de la causa, durante su increíble arco desde Apocalypse: The Twelve (Claremont y más con Chang y más, 2000) hasta precisamente New X-Men de Morrison y su “muerte” en Death of X (Kuder con Garron, 2016), el personaje había crecido más allá del seguidor ciego. La versión de Cyclops de Hickman vuelve a ser un poco el seguidor fanático. Sin embargo, los cuestionamientos que recibe de otros personajes podrían indicar que en efecto esta vibra de que algo no está bien es parte del plan. Este Cyclops lleno de fe ciega podría no solo ser un regreso al origen del personaje, sino una parte importante de la trama del arco general.
Si bien Cyclops es el que parece más mecánico en sus comportamiento, Jean Grey, Vulcan y hasta Cable se sienten artificiosos. James Whitbrook en su análisis de X-Men 1 hace referencia a las Stepford Wives, y definitivamente hay mucho de eso en la familia Summers.
La tercera ley mutante
En un interesante artículo para Gizmodo, Whitbrook habla no solamente de lo artificioso de la cena Summers en X-Men 1, sino también de lo…modernas…que podrían resultar las relaciones en esta nueva interpretación de la familia.
En el prólogo se establece que la nación de Krakoa es gobernada por un consejo de mutantes. Cuando este consejo está decidiendo las leyes que regirán a los habitantes de Krakoa, Nightcrawler introduce como tercer mandato el crecimiento de la población mutante. El universal y muy maduro apodo de Sex-Men toma relevancia bajo las leyes de Krakoa.
En el último Powers of X vemos a Jean, Cyclops y Wolverine celebrar juntos. No sería raro salvo quizá por la eterna rivalidad entre Scott y Logan, pero la viñeta se vuelve más relevante cuando descubrimos el plano de la casa de los Summers en X-Men 1. Las habitaciones de Jean, Cyclops y Wolverine son contiguas, con la de Jean al centro. Lo interesante es que las habitaciones están interconectadas.
Whitbrook hace la pregunta, y no parece estar completamente fuera de la realidad, si los Summers no han adoptado una aproximación más liberal al amor.
Leinil Francis Yu y las viñetas al aventón
El plano de la casa Summers es parte de las páginas explicativas diseñadas por Tom Muller que se volvieron una característica de House of X y Powers of X. Los diseños limpios y claros son excelentes y consiguen dar una cierta dimensión de realidad y peso a los cómics. Definitivamente aumentan el valor narrativo de cada número.
Por otro lado Leinil Francis Yu sigue siendo uno de los artistas más irregulares de Marvel. Aunque su estilo se presta más para historias obscuras (su contribución a Marvel 1000 es absolutamente genial), desde hace varios años se ha convertido en uno de los artistas insignia de Marvel y ha participado en historias de aventura para héroes más “luminosos” como los Avengers o los mismos X-Men.
Yu es capaz de lograr momentos increíblemente dramáticos y cargados de emoción. También tiene excelentes momentos de acción y muy buenas portadas. De alguna manera también puede tener viñetas lamentablemente desafortunadas y consigue tener todo eso en un mismo número.
Aunque sus portadas no suelen ser muy diferentes unas de las otras, básicamente el equipo posando en formación de V mirando directamente a la “cámara”, suelen verse bastante impresionantes. No es el caso en X-Men 1 donde los personajes se ven tiesos y entre éll y el entintador (Alanguilan) lograron hacer que pareciera que alguien hizo un fotomontaje de personas que no estaban de hecho todas ahí.
En los interiores hay un par de buenos paneles. Cyclops y Magneto en particular se ven llenos de poder. Tambien hay imagenes increíbles con la “post-humana” que el equipo libera.
Pero también hay ilustraciones muy desafortunadas que complican el disfrute del número. Que Yu sea el artista regular para este nuevo título de X-Men significa que habrá varios momentos increíbles conviviendo con otros que se sientan asi, como si se hubiera acabado el tiempo y hubiera que resolver rápido.
X-Men 1 es el inicio oficial de una nueva era. Ese sentimiento de que algo no está del todo bien podría ser el indicador de un plan de salida por si algo sale mal, un escritor que aún no está cómodo con sus personajes o de un desarrollo de trama a largo plazo con un plan magistral. Solo una de esas tres opciones es positiva. Vista la historia de Hickman y de los X-Men, vale la pena guardar la esperanza de que esto es el inicio de un gran arco para los mutantes de Marvel.