¿Cómo escribir una historia de terror ?
Estamos en medio de octubre, el mes de los sustos, y qué mejor momento que ahora para preguntarnos cómo escribir una historia de terror.
¿A quién no le gusta una buena historia de miedo? Todos somos un poco adictos a estar en el cine, pegados a nuestros asientos a sabiendas de que algo terrible está a punto de suceder.
¿Cómo logran hacernos sentir así las películas de miedo?¿Cuáles son los elementos que comparten las buenas historias de miedo? Estas son nuestras respuestas.
Lo desconocido
El elemento más importante para causarle miedo a tu audiencia es lo desconocido. Como especie, nada nos aterra más que lo que no conocemos. Sea un monstruo, una fuerza sobrenatural o un ser humano, el adversario al que nuestros protagonistas se van a enfrentar en una narrativa de terror debe de estar arraigado en lo desconocido.
Además, dejar elementos sin explicar en una narrativa de terror ayuda a que la audiencia llene esos vacíos con sus propios miedos. La mente humana ha evolucionado para encontrar patrones y llenar vacíos, esto es un elemento de la psicología que un autor experimentado puede explotar; muchas veces lo que no vemos nos da más miedo que lo que tenemos frente a nosotros.
Un protagonista vulnerable
Toda historia necesita un protagonista, pero las historias de terror u horror en particular necesitan demostrar la vulnerabilidad de sus protagonistas. Enfrentarlos con lo desconocido implica ponerlos en situaciones donde ellos no tienen el control, de esta falta de control es de donde viene la vulnerabilidad.
El sentimiento de miedo muchas veces radica en saber que cualquier paso en falso que pueda dar nuestro protagonista va a culminar en desgracia para él. Es importante que tu protagonista también sea alguien con quien tu audiencia pueda empatizar ya que sólo de este modo se van a invertir en su éxito y van a sentir el mismo terror que tu protagonista sienta al enfrentarse a lo desconocido.
La atmósfera
Raymond Loewy, considerado el padre del diseño industrial tenía una teoría que llamaba “MAYA”, un acrónimo cuyo significado es “Most Advanced Yet Accepted” (Más Avanzado y Aún Aceptado). Este concepto nos habla de cómo el miedo al cambio y a lo desconocido, que tenemos como seres humanos lo podemos encontrar en todos los aspectos de nuestra vida.
Las buenas historias de terror hacen algo similar con su atmósfera, nos presentan un contexto que nos es familiar y poco a poco lo van mutando. El terror está en una atmósfera que nos hace sentir seguros pero que nos amenaza de maneras ligeras, el horror está en darnos cuenta que la amenaza de lo desconocido es real cuando ya es demasiado tarde para escapar de ella.
Así como Loewy aplicaba el MAYA en sus diseños, las buenas historias de horror aplican el “Más Amenazante y Aún Seguro” para la atmósfera que habitan nuestros protagonistas.
Si lo desconocido nos da miedo, encontrar esbozos de lo desconocido dentro de lo familiar es de las cosas que más nos pueden llegar a aterrar.
La participación de la audiencia
Una buena historia de miedo involucra a su audiencia en dos niveles. Primero, haciéndola empatizar con sus protagonistas al grado en el que lleguen a invertirse en que tengan éxito. Segundo y más importante, este tipo de narrativas exponen a la audiencia a elementos de información que no están disponibles para los protagonistas.
De este modo la audiencia sabe cuando el protagonista poco a poco va sellando su trágico destino. Esto también funciona para que tu público vaya resolviendo el misterio de “lo desconocido” al mismo tiempo que tu protagonista.
Las reglas se deben de romper
Estos son algunos elementos básicos que detectamos en buenas historias de terror y horror, pero recuerda que las reglas siempre se deben de romper. Se vale darle información errónea a tu audiencia para subvertir sus expectativas, se vale hacerles creer que un protagonista es vulnerable cuando en realidad no lo es como en la sensacional película “You’re next”, hay muchas formas de romper las reglas y solo haciendo eso es como logramos que un género evolucione.