¿Cómo nombrar a mi personaje? 18 tips para encontrar el nombre perfecto
Existen muchas paredes, grandes o pequeñas, que pueden detener el inicio y progreso de un escritor. Generalmente intento crear guías que apliquen a todo escritor, independientemente del medio en el que decidan narrar su historia, y no existe algo más universal que el nombrar personajes—una de las paredes más pequeñas que existe.
Sí, no es un obstáculo grande, pero eso no quiere decir que el darles nombre a tus personajes no sea algo muy importante. Sería entendible que creamos que algo tan intercambiable como un nombre sea una decisión superficial, pero soy de la idea de que los nombres de los personajes—así como los nombres de los lugares, organizaciones, conceptos, etc—son extremadamente importantes para muchísimos aspectos de tu narrativa, desde el world-building hasta la retención de información para tus lectores.
Con ese fin, aquí compartiré algunos tips rápidos para considerar a la hora de nombrar personajes—y todo lo demás—para que puedas comenzar a escribir tu historia.
- Cuando nombres a un personaje, ponle nombre y apellido—no importa si alguno de ellos nunca se menciona en el texto.
- Di el nombre y apellido en voz alta para que puedas sentir la manera en la que resbala por la lengua. Procura sentir cada sílaba para saber si es cómodo para decir. Aún si los nombres no se dirán en voz alta (digamos, en un libro), piensa que tus personajes sí lo harán. ¿Tus personajes encontrarían cómodo decir ese nombre?
- Evita que el nombre o el apellido tenga más de tres sílabas; nunca más de cuatro a menos que se busque un efecto particular o sea parte de una etnicidad donde los nombres largos sean comunes.
- Puedes tener nombres largos o apellidos largos; evita tener ambos.
- No puedo sobre-vender el valor de nombres comunes—o variaciones mínimas—en historias de fantasía. Llamar a un personaje Maria o Billy en un mundo de fantasía no es menos valido que llamarlos Kar’thel’ian o Fri’luewth. Entiendo que un nombre 100% inventado podría contar la historia de su lugar de origen (apuesto a que es alguna especie de elfo), pero no vale la pena el impedir que tus lectores puedan repetir el nombre en su cabeza. A menos que . . .
- Dar una pequeña alteración a un nombre común ayuda a crear nombres interesantes en fantasía sin que suenen demasiado extraños. Geralt en lugar de Gerard, por ejemplo, o Eddard en lugar de Edward.
- Si es apropiado para ciertos personajes, intenta que tengan un nombre que pueda ser disminuido con una apócope entrañable. En Game of Thrones, por ejemplo, tenemos a Ned en lugar de Eddard, Dany en lugar de Daenerys, Cat en lugar de Catelyn. Los nombres completos son agradables para el oído, aunque sean extraños, pero la apócope es más agradable para la lectura y su familiaridad ayuda a la retención de los lectores.
- Una apócope también puede ayudar a transformar un nombre común en un nombre más interesante sin hacerlo sonar ridículo. Xander es un nombre más interesante y memorable para un personaje que Alexander, por ejemplo.
- A veces es válido que un personaje sea referido siempre bajo un apodo que no deriva de su nombre. Regresando al ejemplo de Game of Thrones, “Littlefinger” es como se conoce al personaje de Petyr Baelish el 99% del tiempo; este apodo le da personalidad y además tiene una historia interesante detrás que dice mucho sobre el personaje y el mundo donde creció.
- Si un nombre puede tener más de una apócope, utiliza eso para darle trazos de personalidad a los personajes. En The Armor of God, por ejemplo, el personaje Akiva Davenport es referido como “Davenport”, “Akiva”, “Kiva” y “Kiv”, dependiendo de quién le habla y qué tanto cariño le tiene. Esto es un arma de doble filo—pues puede confundir a los lectores—pero intenta usarlo sabiamente.
- Si estás buscando nombres cool—tipo película de acción ochentera—no olvides la antigua fórmula de utilizar un nombre común y un apellido extraño o viceversa. John Williams es un nombre aburrido; Ash Matrix es ridículo . . . pero John Matrix o Ash Williams son nombres cool. Este es un error que resentí al leer los libros de The Hunger Games, donde el 90% de los personajes tenían nombres tan ridículos que leer “Joanna” se sentía refrescante.
- Creo que solo funciona en cierto tipo de historias, particularmente aquellas que buscan replicar una estética de cómic, pero a veces utilizar un sustantivo o adjetivo común como nombre podría dar un toque genial. Muchas de mis historias favoritas tienen protagonistas con nombres como Shadow, Gentle, Squall o Cloud. Esta es una pendiente un poco peligrosa, pues es demasiado fácil cruzar de un nombre interesante a algo ridículo.
- Inspírate en otros idiomas. Muchísimos de los nombres que he utilizado en el pasado—particularmente para lugares o conceptos fantásticos—vienen de palabras en otros idiomas que representan lo que quiero comunicar. Creux y Roue son palabras en francés; Laani y Asili son palabras en Swahili. ¡En algunas historias escritas en inglés incluso llegué a usar palabras en español y los lectores que hablaban ambos idiomas no lo reconocían como disonante!
- No tengas miedo a utilizar nombres regionales terrestres en tu mundo de fantasía. Nombres con un toque español o árabe o griego podrían darle el tono único que buscas a ciertos lugares en tu mundo imaginario.
- Darles a los personajes nombres de conceptos terrestres es una forma divertida de agregar un toque mitológico y épico a una historia si no se lleva demasiado lejos. ¿Apoco el nombre Sephiroth no les suena genial?
- Si todo falla, nunca olvides que existe la posibilidad de usar los nombres de personajes que conoces, como referencia directa o nada más como inspiración. Nadie tiene por qué saber que el apellido de Erin Perry en The Armor of God es una referencia a Community. ¿Qué importa?
- Si todo falla de nuevo, siempre puedes sacar inspiración de un generador automático de nombres como el que puedes visitar Seventh Sanctum, un sitio al que le debo decenas de nombres y sugerencias de inspiración, y el cual he usado desde que tengo memoria.
- El mejor tip que puedo darte es estudiar tu historia favorita e intenta hacer un poco de ingeniería inversa para descubrir las intenciones del autor. Recuerda que todos los escritores, como los científicos, debemos pararnos sobre los hombros de gigantes; es la única manera de volvernos gigantes nosotros mismos.
Nombrar cada aspecto de tu historia con cuidado no es una obligación para el escritor, pero definitivamente creo que la atención a detalle en ese aspecto podría elevar conceptos o personajes, aunque sea de una manera sutil. Nada en tu historia debe tomarse a la ligera—recuerda que vivirás repitiendo estos nombres por años—así que recomiendo tomar ese esfuerzo adicional.
Espero que esta pequeña guía ayude un poco a inspirarte y que puedas comenzar a escribir.
Addendum: No lo había pensado pero escribiendo esta guía me di cuenta que el videojuego de PS1 Xenogears es una clase maestra para poner nombres en una historia. Desde los personajes (Bart Fatima, Rico Banderas, Krelian, Grahf) hasta los nombres de conceptos o lugares (Solaris, Zohar, Deus, Shevat) funcionan espectacularmente bien para contar una historia tan absurdamente compleja. Recomendaría estudiar cómo lo hace Xenogears; ciertamente yo he aplicado mucho que aprendí de ese juego.