El retraso de un videojuego siempre es buena noticia
¿Cuántas veces no se nos ha roto el corazón porque se anuncia el retraso de un videojuego que esperamos con ansias? Hace poco Doom Eternal se movió de octubre al 20 de marzo, curiosamente la misma fecha de lanzamiento de Animal Crossing: New Horizons, otro juego que originalmente se lanzaba en 2019.
El lado bueno de los retrasos
Los retrasos continuaron llegando, The Last of US 2 y Watch Dogs Legion también han sido retrasados a Mayo, pero más que entristecernos o frustrarnos deberíamos de alegrarnos. Con un poco de perspectiva nos vamos a dar cuenta que el retraso de un juego siempre, siempre es buena noticia para los jugadores.
“Un juego retrasado eventualmente se transforma en un buen juego, un juego apresurado es un mal juego para siempre”
– Shigeru Miyamoto-
Esa cita de Miyamoto-san es todo lo que necesito para explicar mi primer punto. Hacer juegos es una labor inmensa que requiere de literalmente miles de elementos particulares trabajando en sinfonía. En verdad, la existencia de cada uno de los videojuegos que amas y has jugado, sean buenos o malos, es un milagro en sí misma.
Es muy normal que en la producción algo salga mal, tener tantos elementos trabajando en conjunto hace que se vuelva imposible predecir los errores que podrían suceder. Al enfrentarse a un error, los desarrolladores tienen una decisión que tomar: parchar el juego apresuradamente o arreglarlo de manera correcta y definitiva. Todos sabemos que la segunda opción es la correcta.
Al final del día el juego va a llegar a tus manos y lo más importante no es jugarlo lo antes posible, es jugar la mejor versión posible de ese juego. Muchas veces lo único que nos permite hacer eso es un retraso.
Más allá del hype
Eso me lleva a mi segundo punto, la única razón que existe para jugar un videojuego durante su lanzamiento es para ser parte del ciclo de Hype y honestamente, nada bueno sale de eso. En el mercado actual, lleno de pases de temporada, “juegos como servicios”, juegos en Early Access o simplemente de juegos que se lanzan en un estado sub-óptimo y se van parchando, el mejor momento para jugar cualquier videojuego AAA es casi un año después de su lanzamiento. ¿Por qué comprar un juego de peleas en su lanzamiento si todos sabemos que la versión GOTY con todos los personajes saldrá un año después? Assassin’s Creed: Odyssey fue uno de mis juegos favoritos de 2018 y a la fecha sigue recibiendo actualizaciones de contenido. Genuinamente creo que el mejor momento para empezar a jugarlo es ahora mismo y bueno, ni hablar de No Man’s Sky; jugar ese título en su lanzamiento fue una experiencia terrible, pero jugarlo hoy es algo fantástico.
¿Cuántos juegos no hemos abandonado a la mitad para saltar al ciclo de hype de la última novedad? Tomar distancia del ciclo, acercarnos a nuestro backlog y jugar un juego cuando todas sus arrugas han sido planchadas nos asegura experiencias mucho más gratificantes.
Responsabilidad social
Por último, otra razón por la que el retraso de un juego debería de ser motivo de alegría para quienes jugamos, es porque nos indica que los trabajadores que están creando ese juego están siendo tratados con dignidad. En lugar de que se les exija trabajar horas extra para llegar al lanzamiento, se les da más tiempo y así no tienen que sacrificar su calidad de vida para traernos el entretenimiento que tanto amamos.
A veces se nos olvida, pero cada línea de código, cada objeto que existe en el mundo del juego, todo lo que ves y experimentas fue creado por un individuo o un grupo de individuos que en muchos casos tuvieron que hacer muchos sacrificios para llevar su arte a tus manos. Está en nuestros mejores intereses como jugadores que todas estas personas tengan una vida digna, pues solo así van a poder seguir trabajando y creando el entretenimiento que tanta felicidad nos da.
Es por todos estos motivos queridos lectores, que les garantizo; el retraso de un juego siempre es un buen motivo para alegrarnos.