La empresa de videojuegos Riot Games pagará 10 millones a sus empleadas
El problema del sexismo dentro de la empresa de videojuegos en Riot Games es algo que seguramente viene sucediendo desde hace años, pero la primera vez que esta situación llegó al ojo público fue en Julio de 2018 cuando Cecilia D’Anastasio publicó una investigación sobre el problema en Kotaku.
En esta investigación D’Anastasio, a través de fuentes anónimas, revelaba como en Riot Games existía un problema sistémico de sexismo.
A Bros’ Culture
La situación dentro de Riot Games no es diferente a los escenarios que diariamente se “descubren” y hacen más públicos, no sólo dentro de las empresas de videojuegos: se rechazaban las promociones a posiciones de liderazgo si el candidato era mujer, una misma idea era recibida de manera completamente diferente si la presentaba una mujer y, por supuesto, existía una situación de diferencia salarial para empleados en un mismo rol.
A todo esto por supuesto hay que sumar problemas de acoso, una cultura de silencio y que quienes presentaban estos comportamientos eran protegidos tanto por la cultura de la empresa como por sus pares en roles de liderazgo. Ser mujer y trabajar en Riot Games era una pesadilla.
Activismo feminista
Pero un grupo de mujeres dentro de Riot Games estaba preparando un contraataque. En Noviembre de 2018 un grupo de empleadas de la empresa puso una demanda colectiva en contra de su empleador. Al no tener paridad salarial Riot estaba rompiendo la Equal Pay Act, una ley que establece como ilegal tener diferencias salariales basadas únicamente en el género del empleado. Este grupo de empleadas tenía evidencia suficiente para hacer pública esta lucha.
Poco más de un año después el periódico Los Angeles Times reportaba que las demandantes habían triunfado. Riot Games debería de repartir diez millones de dólares entre todas las mujeres que han sido empleadas en la empresa desde 2014.
La realidad detrás de la indemnización
Aunque puede parecer una victoria, en realidad está lejos de serlo. Durante el periodo de tiempo que paso entre la historia de Cecilia, la demanda colectiva y su resolución han sucedido muchas cosas.
La injusticia continúa
En Junio de este año un grupo de más de 150 empleados protestó en contra del sexismo y la cultura tóxica que se vive en la empresa. Aunque el equipo de relaciones públicas de Riot ha intentado rehabilitar la imagen de la empresa, la realidad es que al día de hoy los empleados que ocupan posiciones de liderazgo y han sido acusados de acoso sexual siguen manteniendo su empleo.
Muchas de las empleadas que han dejado Riot Games con el paso del tiempo por la mala cultura perdieron no solo su empleo sino que también quedaron traumatizadas, y probablemente tengan que pagar terapia por un periodo prolongado de su vida para superar la experiencia.
Tristemente, a la fecha, por más que Riot intenta rehabilitar su imagen los reportes anónimos indican que todos los problemas siguen ahí. Una evidencia clara de ello es que a pesar de que Riot ha despedido a más de una mujer organizadora, todos los hombres en posiciones de liderazgo que han sido acusados de acoso sexual mantienen sus posiciones.
Las exclusiones de la indemnización
Por otro lado, vale la pena aclarar que el dinero que Riot va a repartir a consecuencia de la demanda colectiva no se va a repartir por partes iguales si no que se a cada empleada que ha estado en Riot desde 2014 le tocará un poco de ese dinero basado en su posición y el tiempo que llevan en la empresa.
Además este pago excluye a cualquier ex-empleada de Riot que haya cobrado una liquidación al salir de la empresa. Hay que tener en cuenta que varias ex-empleadas salieron de la empresa antes de que se resolviera este caso, varias de ellas fueron algunas de las empleadas que más vocalmente se levantaron en contra de las malas prácticas de Riot como Jessie Perlo e Indu Reddy.
Considerando que Riot es una de las empresas mas grandes de videojuegos y que en 2018 las ganancias de fueron de $1.8 miles de millones de dólares, estos diez millones en realidad no representan nada para ellos. Más que justicia para las víctimas, con estos diez millones de dólares Riot está pagando para que sus empleados tóxicos, sus líderes, sus acosadores, no tengan que sufrir consecuencias por sus acciones.
Personalmente no creemos que eso sea una victoria para las víctimas, esperamos que en un futuro Riot efectivamente termine su relación laboral con toda persona que participe en la creación de un ambiente laboral tóxico, aunque no podemos decir que esa esperanza es alta.