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¿Qué es el Cyberpunk?

de donde viene el cyberpunk

El Cyberpunk es uno de los subgéneros más amados de la ciencia ficción, el amor que los fanáticos del cyberpunk le tienen al género vale por diez fanáticos de cualquier otro subgénero del sci-fi. Es claro que este amor se intensificará en 2020 cuando se lance el que promete ser uno de los mejores videojuegos del año, Cyberpunk 2077. 

¿Quieres saber más del Cyberpunk antes del lanzamiento de este juego tan esperado? 

Los orígenes del Cyberpunk

La ciencia ficción siempre ha funcionado como un espejo de la sociedad, y que refleje sus ansiedades o sus esperanzas depende muchísimo del contexto socioeconómico en el que se crea la obra y las idiosincrasias de su autor. En el caso del Cyberpunk, casi siempre es sin lugar a dudas un reflejo de las ansiedades sociales. De hecho, el sub-género nace como una respuesta a la ciencia ficción utópica de los 50’s y 60’s; esta ciencia ficción de la post-guerra que prometía que el poder del átomo y los valores americanos nos llevarían a la utopía. 

En los 80’s estaba claro que esta promesa se había roto y la ciencia ficción necesitaba de nuevas voces para imaginar el futuro que Ronald Reagan estaba construyendo a través de sus políticas económicas extremadamente libertarias. El presente que los escritores de ciencia ficción de la época estaban viviendo estaba definido por un crecimiento económico desproporcionado para unos pocos y la apertura del mercado estadounidense para el resto del mundo. En ese momento, ningún país estaba teniendo tanto crecimiento económico como Japón y en poco tiempo los productos japoneses habían “invadido” el mercado estadounidense. Cuando en los 60’s y 70’s no había símbolo de status más alto que el tener productos norteamericanos en casa y en particular un auto americano, en los 80’s la alta calidad de los productos japoneses hizo que dominaran el mercado.

En el ciudadano norteamericano promedio esto generó dos ansiedades. La primera, el miedo de que la brecha de desigualdad económica se siguiera haciendo más grande pues era muy claro que el efecto derrame en el que Reagan basaba su modelo económico no funcionaba. La segunda, era que la hegemonía cultural de Estados Unidos fuera desplazada y que en el futuro Japón se transforma en la fuerza cultural dominante del mundo. Es en este contexto social que nace lo que conocemos como Cyberpunk. 

¿Qué hace que algo sea Cyberpunk? 

“Low-life and high-tech” (Mala vida y alta tecnología) es la frase con la que Bruce Sterling resumió el Cyberpunk. Las historias Cyberpunk tienden a suceder en el futuro o en universos alternos donde el desarrollo tecnológico ha sucedido de manera acelerada, dejando atrás a los menos afortunados. 

El Cyberpunk sucede en mundos dominados por la desigualdad. Mundos en donde la tecnología y el capitalismo se han combinado de la peor manera posible, creando “ganadores” que se han enriquecido por el desarrollo tecnológico y “perdedores” cuya posición social les impide disfrutar de los beneficios que trae la nueva tecnología. Si los “perdedores” pudieran llegar a disfrutar de los beneficios de esta tecnología sólo podrían hacerlo pagando un costo muy alto. El acceso a esta tecnología está reservado para los miembros de la clase alta o en su defecto está condicionado a un contrato de servicio. 

Aun así, los miembros de la clase baja llegan a conseguir acceso a la tecnología que es desechada por la clase alta, incluso, llegando a explotarla de maneras diferentes a las que fuera su propósito original. En estas distopías post-industriales los ciclos de consumo de la clase alta son tan acelerados que lo que ellos consideran desechos, las clases bajas consideran tesoros. 

En un mundo Cyberpunk el rol del gobierno es prácticamente irrelevante. En estos mundos las empresas han conseguido tanto poder económico que prácticamente cada una de ellas tiene su propia forma de gobierno, sus propias fuerzas de seguridad, sus propias reglas; el Cyberpunk es algo así como un feudalismo high-tech

Los primeros ejemplo de obras que se pueden considerar Cyberpunk los empezamos a encontrar en los 80’s. Blade Runner (1982) y Jhonny Mnemonic (1995) son de las primeras películas en llevar el género a una audiencia masiva. Ambas estaban basadas en libros, Blade Runner inspirada en Do Androids Dream of Electric Sheep (1968) de Philip K. Dick y Jhonny Mnemonic basada en una historia del mismo nombre creada por William Gibson. 

Por muchos, Gibson es considerado el padre del género. Hay quienes dicen que la primera verdadera obra del Cyberpunk es Neuromancer (1984), escrita por Gibson. En ella el autor modificó muchos de los elementos que hoy reconocemos como Cyberpunk. Un mundo hiper-tecnológico, hiper-capitalista y con nula regulación gubernamental; desigualdad social, usos creativos de la tecnología por los miembros del bajo mundo y más que nada un mundo ahogado en un exceso de información.

Los mundos del Cyberpunk tienden a ser opresivos, pero la opresión no es militar ni física, al contrario es informacional y cognitiva. Las primeras escenas de Blade Runner nos muestran un paisaje lleno de anuncios neón, en el que cada centímetro de espacio público ha sido invadido por la publicidad. De este modo los paisajes del Cyberpunk oprimen a las clases bajas, primero, asaltando sus sentidos e intentando secuestrar su atención y segundo, ofreciéndoles un constante recordatorio de su posición social y el tipo de vida que nunca van alcanzar a llevar. 

Cyberpunk – El Kaiju cultural 

Recordemos una vez más el icónico anuncio de la geisha con la que abre Blade Runner. Ese es solo uno de los muchos elementos de la cultura japonesa que podemos encontrar en la película. La comida callejera que Deckard encuentra en las calles de Los Ángeles es ramen y los come con palillos como si usarlos fuera algo completamente normal. Muchos de los grafitis que vemos en la calle son kanjis. Esto es Los Ángeles en 2019 pero la influencia cultural de Japón es clara, de hecho influencia sería desestimar el nivel de penetración cultural que Japón tiene en la sociedad que Blade Runner imagina, el Cyberpunk nos presenta una cultura dominada por Japón; la fuerza cultural principal ya no es occidente ni Estados Unidos, es Japón.  

El dominio cultural de Japón en las sociedades Cyberpunk es algo común y no algo que veamos únicamente en Blade Runner. Estos elementos culturales los podemos encontrar hasta en los ejemplos más contemporáneos como el mismo Cyberpunk 2077. En el tráiler vemos a un matón comer con palillos, la gente se refiere a nuestro protagonista como “samurai” y mucha de la publicidad que vemos en el horizonte tiene elementos japoneses. De nuevo, es algo endémico del lenguaje visual del Cyberpunk. 

Como todos los elementos de una buena obra de ciencia ficción, el dominio cultural japonés en los futuros que imagina el Cyberpunk tiene sus raíces en la realidad. Como mencionamos al inicio, en los 80’s la promesa de prosperidad que Estados Unidos le había hecho a su población ya se había roto, sumado a eso al mismo tiempo Japón se estaba estableciendo como un gigante económico. 

Para el “Juan Pérez” promedio de Estados Unidos en los 80’s Japón era una fuerza económica agresiva y terrorífica. Como Estados Unidos lo hizo en la época de la post-guerra, el miedo era que a través de su fuerza económica Japón se transformara también en la principal fuerza cultural del mundo. Esto le generaba mucha ansiedad a la población general de Estados Unidos, no sólo porque Japón había sido el enemigo letal del país hace menos de cincuenta años en la Segunda Guerra Mundial, sino porque sus valores culturales eran muy diferentes a los de Estados Unidos.

La imagen de una geisha en un billboard al inicio de Blade Runner no es una decisión meramente estilística, es una visión distópica del futuro en el que los estándares de belleza norteamericanos han sido desplazados y el nuevo estándar de belleza es el occidental. Lo mismo pasa con Deckard comiendo con palillos comida callejera, todos los elementos culturales japoneses que vemos como “normales” en los mundos del Cyberpunk son en realidad imágenes distópicas de un futuro en el que la cultura occidental ya no es la “normal”. 

El Cyberpunk en Japón

Los futuros que el Cyberpunk oriental imagina están plagados de referencias culturales por el miedo que existía de que Japón se transformara en la cultura dominante del mundo. Eso nos deja con una pregunta, ¿cuáles son las ansiedades sociales que refleja el Cyberpunk japonés? Es imposible hablar del género sin mencionar las obras creadas en Japón, Akira (1988) y Ghost in the Shell (1989), dos obras maestras del Cyberpunk y sus influencias se sienten a la fecha. 

¿Cuáles son las diferencias entre el Cyberpunk occidental y el oriental? A nivel estético las diferencias son imperceptibles, a nivel temático las diferencias, aunque sutiles están ahí. El corazón del miedo es el mismo, vivir en un estado hiper-capitalista que ha generado una brecha de desigualdad inmensa. 

En occidente, la forma que tomaba su miedo era la del japonés en sí, pero en el mismo Japón también había un miedo, aunque tomaba la forma de un gobierno corrupto o la del hombre de negocios. El crecimiento económico de Japón en los 80’s fue inmenso, pero lo que occidente no veía es que ese crecimiento sólo estaba siendo aprovechado por unos pocos. El grueso de la población no estaba mejorando su nivel de vida y se sentían abandonados e ignorados por el progreso que unos pocos estaban acaparando. 

Culturalmente los japoneses siempre han sido una sociedad que abraza la responsabilidad colectiva, la responsabilidad que dentro de una sociedad todos tenemos los unos con los otros. Este aspecto de la cultura se puso en riesgo en los 80’s, cuando quienes estaban cosechando los frutos de las inversiones de capital que Japón estaba haciendo en el extranjero no compartían esa riqueza con las clases medias y bajas de la sociedad japonesa. 

El miedo del Cyberpunk japonés era el del abandono de la cultura y de bienestar social que Japón siempre había aceptado. De este modo también vemos que en el Cyberpunk japonés los antagonistas tienden a ser personas altamente individualistas, personas que dejan atrás la riqueza cultural de Japón en nombre del progreso tecnológico y económico, pero sólo para ellos. 

Tanto en oriente como en occidente los personajes que habitan los mundos del Cyberpunk son hiper-individualistas. No necesitamos más evidencia para ejemplificar este hecho que ver como en la mayoría de las obras de este género las modificaciones cibernéticas son un tropo muy común. Los habitantes de estos mundos usan la tecnología para modificar su cuerpo y a través de esas modificaciones expresar y ejercer su individualidad, pero pagando el costo de su humanidad. 

Aunque en occidente nunca se ha hecho tanto énfasis en esto, el Cyberpunk japonés se detiene con más frecuencia a reflexionar sobre este individualismo y como su expresión aleja a la persona de la herencia cultural de la que proviene. 

Otra de las grandes diferencias es que en las obras occidentales nunca veríamos a un protagonista trabajando como parte del estado o a favor del poder hegemónico, en cambio en el Cyberpunk japonés el Estado aún es representado. Retomando el tema de las ansiedades que el individualismo causa en Japón, en estas obras vemos como las instituciones hegemónicas tienden a ser manipuladas por un individuo con malas intenciones. El Cyberpunk occidental nos presenta sistemas irredimibles que deben de ser completamente reformados, en cambio en el Cyberpunk japonés la fe en el sistema y sus instituciones nunca se pierde por completo, la corrupción viene de uno o varios individuos corruptos en posiciones de poder. 

Dos culturas, una moraleja

Rayado en la pared de las puertas de un elevador están las palabras “no future”. Esa es literalmente la primera imagen con la que abre el gameplay de cincuenta minutos de Cyberpunk 2077 que CD Projekt RED liberó en agosto de 2018, esas dos palabras también podrían resumir la ansiedad principal que el género representa tanto en su presentación occidental como en su presentación oriental. 

Para un ciudadano promedio, no hay un futuro. No importa si vives en Japón o en occidente, tu futuro ha sido robado por mega corporaciones, por gobiernos ineficientes, por la plutocracia hegemónica que desde las alturas domina la sociedad. Tu valor como individuo sólo se mide en qué tan útil puedes llegar a serle a un miembro de esa clase, de no serlo eres prácticamente inexistente. 

No hay un futuro y no hay esperanza en el futuro, el capitalismo sin regulaciones es quien nos ha privado de él. Este es el futuro del que el Cyberpunk nos advierte, un futuro que en los 80’s parecía cercano y que hoy tiene muchos paralelos con nuestro presente. 

Corporaciones como Google, Facebook y Amazon tienen mucho más poder del que deberían. Sus trabajadores son incapaces de pagar sus cuentas más básicas mientras los dueños de estas empresas llevan una vida llena de lujos. Así como las ciudades del Cyberpunk oprimen a sus habitantes saturándolos de información, hoy las redes sociales hacen lo mismo con nosotros e incluso nos tienen discutiendo sobre la veracidad de cosas que se podrían considerar realidades objetivas. 

Altered Carbon, Cyberpunk 2077, la serie de Deus Ex, los remakes de Ghost in the Shell y Alita: Battle Angel, el Cyberpunk está viviendo un resurgimiento en popularidad, tal vez se deba a que hoy vivimos con los mismos miedos. Miedo a que el capitalismo desregulado acelere el inminente colapso climático, miedo a que nuestra realidad se divida en dos sociedades, la de los ricos y la de los olvidados. 

La diferencia es que hoy esas realidades están mucho más cerca de nuestro presente que de nuestro futuro. El Cyberpunk y la ciencia ficción están ahí para advertirnos, pero escuchar las advertencias y tomar acción para evitar ese destino es responsabilidad de nosotros. 

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